miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Como aceptar que los primeros 3 días de la Creación fueron días tal como lo conocemos hoy? Por Jonathan Sarfati


En la actualidad todos conocemos que para tener un ciclo de noche y día se necesita que la Tierra rote sobre su propio eje con la luz brillando desde un punto. La Biblia nos dice que Dios creó en la luz y la Tierra el primer día. Este hecho nos permite deducir que la Tierra se encontraba ya rotando en relación a la luz creada.

El Dios creador puede crear luz sin necesidad de tener una fuente secundaria. Dios nos dice que en los cielos nuevos y en la Tierra nueva ya no habrá sol ni luna (Apocalipsis 21:23). En Génesis, Dios define al día y a la noche en referencia a la luz como existente o ausente.

Los ‘creacionistas progresivos’ utilizan el argumento de que los días señalados en la Creación son periodos grandes de tiempo, pero Dios habría utilizado diferentes palabras para distinguir las dos clases de días (vea How long were the days of Genesis 1?). La creación del sol después de la Tierra debilita grandemente los intentos que hacen los creacionistas progresivos para armonizar la Biblia con miles de millones de años. Algunos de ellos postulan que lo que realmente sucedió en este Día 4 fue que el sol y otros cuerpos celestiales ‘aparecieron’ cuando una densa nube se disipó después de millones de años. Ésta no sólo es fantasía científica, sino también una mala exégesis del Hebreo. Veamos por qué: La palabra ‘asah que se traduce como ‘hacer’ es utilizada a través del primer capítulo de Génesis. Se puede intercambiar por ‘crear’ (bara’) cuando significa una creación de la nada, como por ejemplo en Génesis 1:26–27.

No es lógico aplicar un significado diferente de la misma palabra, en la misma construcción gramatical, en el mismo pasaje, solamente para hacerlas coincidir con ideas evolucionistas ateas tales como el ‘Big Bang’. Si Dios hubiese querido decir ‘apareció’, hubiese usado la palabra Hebrea para aparecer (ra’ah), así como cuando la Tierra seca ‘apareció’ cuando las aguas se juntaron en el Día 3 (Génesis 1:9). Durante nuestros estudios hemos analizado más de 20 traducciones y todas claramente establecen que el sol, la luna y estrellas fueron creadas el Cuarto Día.

La evidencia de que estos días son días ordinarios es tan contundente, que aún eruditos del hebreo antiguo de tendencias liberales admiten que el autor del libro no puede tener otra intención en señalarlo así : particularmente cuando las palabras ‘tarde’ y ‘mañana’ fueron utilizadas desde el primer día (Ver el Libro de las Respuestas Capítulo 2; vea The Creation Answers Book Chapter 2, and Six Days? Honestly!).

Fue en el Día 4 cuando fue instituido el sistema presente con los portadores de luz temporales para la Tierra (después de escribir este artículo encontré que Calvino había hecho esta misma observación años atrás. [vea Calvin says: Genesis means what it says])

Enlace



Fuente: Creation Ministries International
Autor: Jonathan Sarfati Sc. (Hons) en Química y el doctorado (Química Física) de la Universidad Victoria de Wellington, Nueva Zelanda. Es co-autor de trabajos en las principales revistas científicas entre ellos uno sobre los superconductores de alta temperatura publicado en Nature, cuando tenía 22 años de edad. Co-fundador de la Wellington Christian Apologetics Society (New Zealand) Su primer libro "Refuting Evolution" (Refutando la evolución) para hacer frente a una guía de los profesores de la Academia Nacional de Ciencias (EE.UU.), la enseñanza acerca de la evolución y la naturaleza de la ciencia. Trabaja a tiempo completo para la creación de Creation Ministries International, Brisbane, Australia, donde es co-editor de la revista de "Creation" y también escribe artículos y reseñas en "Journal of Creation" (antes TJ), así como activo ministerio de predicación

Notas: 1. Esto es muy importante para los puntos de vista paganos que tienden a alabar al sol como la fuente de la vida. Dios parece estar explicando claramente que el sol es secundario a su ser como Creador y fuente de todo. No ‘necesita’ al sol para crear ‘vida’ (en contraste a las creencias teístas evolucionistas)

2. Esta orden inusual en la Creación en contra de la intuición (luz antes del sol) añade un sello de autenticidad. Si la Biblia hubiera sido el producto de ‘editores’ como muchos críticos alegan (ver ¿Génesis fue escrito por Moisés?, Did Moses really write Genesis?), hubieran modificado los escritos para hacerlos coincidir con su entendimiento. El hecho astronómico de que el ciclo día-noche necesita luz y rotación ha sido un descubrimiento reciente. Tener un ‘día’ sin el sol hubiera sido inconcebible para los antiguos.

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TOMADO DE;  http://ojoadventista-creacionismo.blogspot.com/2011/11/como-aceptar-que-los-primeros-3-dias-de.html

miércoles, 5 de octubre de 2011

HUELLAS DE LA CREACION



Este interesante documental muestra de manera muy clara de la manera como se origina el universo y da evidencias de la mano del creador, muestra de como los halos de granito se solidificaron en cuestion de segundos.

El misterio de los radiohalos

En esta entrevista el doctor Robert Gentry presenta de primera mano
su investigación y conclusiones

Un destacado científico creacionista, el doctor Robert Gentry, refuta todos los estereotipos negativos presentados acerca de los creacionistas. Ha publicado más de veinte artículos, informes y comentarios científicos en revistas científicas bien conocidas y respetadas. Durante trece años ha sido científico invitado en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en los EE. UU. Es reconocido internacio-nalmente como la principal autoridad en su campo, el estudio de los halos radiactivos. Bien lejos de dar una reformulación de repetidos argumentos contra la evolución, la evidencia que presenta el doctor Gentry en favor de la creación es original, y sus hallazgos son novedosos.
El doctor Gentry ha escrito también un libro describiendo su trabajo y el significado de sus conclusiones pensando también en el público no científico. Ahora lo presentamos a nuestros lectores en una entrevista, tratando de su investigación y sus implicaciones para la creación, mediante esta entrevista con la editora-investigadora Nancy Pearcey.
N.P.: Su trabajo es singular entre los creacionistas: la mayor parte del trabajo creacionista tiene que ver con temas biológicos (genética, selección natural, el origen de la vida) o con la historia geológica de la tierra (el registro fósil, la columna geológica o el Diluvio). En cambio su trabajo se centra en los granitos precámbricos. Usted ve evidencia de una creación virtualmente instantánea de las rocas basales de los continentes.
Su trabajo comenzó con un estudio de los halos radiactivos. Pocas personas de la calle han oído de su trabajo, por lo que comencemos por definir los términos. ¿Qué es un halo radiactivo?

viernes, 17 de junio de 2011

Batallas por la verdad científica

El Siglo XX optó por los criterios de Darwin para explicar el origen de la vida. Pero en el arranque del S XXI el diseño inteligente busca instalar los suyos. El debate se da por ahora en EE.UU. La Argentina debería empezar a procesarlo.

PorJuan Manuel Torres
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* Tribuna

Qué enseñar sobre el origen de la vida y sus variadas formas? ¿El Génesis o la teoría de la evolución? Este debate apareció en los albores del siglo XX, con especial ímpetu en los países donde las religiones hacían una interpretación textual de la Biblia. Luego de extensas discusiones, la secularización de la cultura científica y la tendencia a separar religión y Estado ganaron la batalla : se debe -y sólo se puede- enseñar la teoría evolutiva, especialmente la darwiniana.

Para mediados del pasado siglo, ésta se había consolidado con el nombre de Moderna Síntesis –simbiosis de los aportes de Ch. Darwin y G. Mendel-. El triunfo del darwinismo aparecía por entonces definitivo y el estigma de superchería caía sobre quien se apartaba de él Medios como USA Today, Newsweek, New York Times, Time testimonian hoy otra lucha del darwinismo , pero ya no se trata de enfrentar al creacionismo religioso.

La doctrina del diseño inteligente (DDI) es ahora su rival . Ya por ignorancia, ya con aviesas intenciones, la DDI es acusada de neo-creacionismo religioso . Pero ésta se funda sobre sólidos avances en física, bioquímica y biología molecular, adecuándose también a lo que los epistemólogos dicen sobre de las teorías las que -expresan- no son verdades probadas. Todos ellos coinciden en que las teorías tienen un carácter hipotético: nuevos descubrimientos pueden ponerlas en problemas y obligar a su abandono.

¿Es el caso de la teoría darwiniana? Los científicos se han admirado siempre por la complejidad de los organismos, la cual llevaba a muchos a desestimar su origen azaroso y ver en ellos la obra del Creador. Newton es testimonio paradigmático de esta postura. En 1802 el obispo W. Paley intentó probar la existencia del Creador a partir de la asombrosa complejidad del ojo humano: éste no podría haberse formado por azar, ni repentinamente, ni paso a paso, pues sólo es útil con la totalidad de sus partes.

¿Cuán complejo es el ojo o una bacteria? Ni Newton, ni Paley, ni Darwin podían contestar ayer. Hoy sí es posible ya que desde hace 30 años estamos en condiciones de establecer matemáticamente la complejidad de los organismos. Para una proteína con una secuencia de 100 componentes (una cantidad baja), su probabilidad de formación azarosa es 1 en 1065 y piénsese que una forma muy primitiva de vida involucra no menos de 250 proteínas.

Ahora sabemos que la célula es una estructura tan complicada que nuestras más sofisticadas computadoras son a su lado sencillos mecanismos. ¿Cuál es el origen de esta fantástica complejidad? La falta de respuestas convincentes lleva a muchos a emigrar del darwinismo y su hipótesis de la aparición de las especies por azar y selección natural. Algunos, hacia otras teorías incipientes (adviértase que algunas de las letales críticas al darwinismo provienen de otras teorías y no de la DDI). Otros buscan un lugar neutral: ¡el darwinismo todavía no tiene respuestas, pero ya aparecerán! Finalmente varios de ellos postulan la DDI.

Según ésta los organismos son producto de un diseño inteligente.

Pero, si hay diseños inteligentes, ¿quién es el Diseñador? ¿Dios? La DDI no responde y se atrinchera en su críptica respuesta. Un punto a favor de la DDI es que determina las condiciones objetivas para que algo sea identificado como “diseñado inteligentemente”. Uno en contra es que su lacónica respuesta es como una película sin final.

En la Argentina, desde 1995 y de forma creciente -como los programas de biología del GCBA- los conceptos evolutivos se incorporaron a la enseñanza, lo que suscitó discusiones entre el Ministerio y algunos religiosos. Como en el pasado siglo, se trató de la lucha evolucionismo vs. religión. Las cosas son ahora diferentes: el darwinismo se encuentra doblemente jaqueado : por teorías alternativas, como las lideradas por L. Margulis o S. Kaufmann, y por los difíciles desafíos matemáticos de la DDI.

Ésta última aún no ha arribado a la Argentina.

¿Estaremos preparados para la discusión cuando eso suceda? Es esta una controversia sobre la naturaleza de las teorías científicas y, por tanto, esencialmente filosófica .

La disputa está en su punto más alto y aunque provoca terremotos en la comunidad científica, conducida por la honesta búsqueda de la verdad, ennoblece el diálogo y sirve a la elucidación de nuestras grandes incógnitas.


FUENTE:www.clarin.com

lunes, 17 de enero de 2011

HUELLAS DACTILARES DE LA CREACION


Titulo original: Fingerprints of Creation

Presentador: Lonnie Melashenko (The Voice of Prophecy)

Duración: 33 minutos

Idioma: español / doblado del ingles original


Un descubrimiento revolucionario se ha encontrado en las rocas fundacionales de la Tierra: las huellas dactilares de la Creación! De la mano del presentador, Lonnie Melashenko (orador de The Voice of Prophecy / La Voz de la Esperanza en ingles), conoceremos de este sorprendente descubrimiento presentados en términos muy fáciles de entender.

El científico
Dr. Robert Gentry ha descubierto que granitos contienen hermosos halos microscópico de color, producido por el decaimiento radiactivo del polonio, que sólo tiene una existencia efímera. De acuerdo con todos los principios básicos de la teoría de la evolución, estos halos nunca debería estar allí presentes.

En forma de pensar de los evolucionistas, el granito se originaron en un estado de fundición (derretido), luego se enfrió, y cristaliza endureciéndose durante millones de años en la tierra. Pero si ese es el caso, la radiactividad fugaz del polonio elemental nunca podría haber sido capturados en forma de halo. Se habría desintegrado totalmente, mucho antes de la roca se solidificada. Los halos de polonio indican que la Tierra se formó de inmediato, proporcionando así la evidencia científica de que la Tierra fue creada por Dios.

  
Este video, estan basados en el libro del mismo científico titulado,"Creation's Tiny Mystery". Estos detalles de la naturaleza de los halos de polonio son la demostración de como la Tierra se formó rápidamente y no se enfrió durante millones de años. Estos hallazgos acerca de los halos de polonio por el Dr. Robert Gentry ha pasado la revisión inter pares y ha sido publicados en revistas científicas de prestigio (por mayor informacion ver -en ingles- "radiohalos" en wikipedia).

Este video fue filmado en su mayoría en California, lleva al espectador al pintoresco Parque Nacional de Yosemite durante el invierno y a las regiones circundantes -Palm Springs y Bishop- donde los granitos son claramente visibles. Animaciones gráficas en tres dimensiones se incluyen para ayudar a transmitir el proceso de formación del halo de partículas nucleares. Instrumentación similar a las utilizada para recopilar los datos publicados sobre los halos de polonio, son mostrados junto a demostraciones simples que ilustran los conceptos básicos de un emisor nucleares de corta duración

El Dr. Gentry explica la historia del origen de granito y los intentos de los científicos para llegar a un modelo de su formación de aceptación universal . Breves comentarios sobre la investigación del Robert Gentry están a cargo del Dr. Bruce Holman, del Wisconsin Lutheran College, y el
Dr. Andrew Snelling, del Creation Ministries International (ex Creation Science Foundation) de Australia.


FUENTE: ojoadventista.com

Ciencia y Dios: Testimonios de científicos



Novedades de Capellanía Universitaria de Navarra
A. EINSTEIN: «A todo investigador profundo de la naturaleza no puede menos de sobrecogerle una especie de sentimiento religioso, porque le es imposible concebir que haya sido él el primero en haber visto las relaciones delicadísimas que contempla. A través del universo incomprensible se manifiesta una Inteligencia superior infinita».
        Ch. DARWIN: «Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios, me parece, la imposibilidad de demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el hombre, hayan sido frutos del azar».
        N. COPÉRNICO: «¿Quién, que vive en íntimo contacto con el orden más consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las aspiraciones más sublimes? ¿Quién no adorará al Arquitecto de todas estas cosas?».
        T. A. EDISON: «Mi máximo respeto y mi máxima admiración a todos los ingenieros, especialmente al mayor de todos ellos, que es Dios».
        HATHAWAY: (padre del cerebro electrónico «La moderna física me enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a sí misma. El universo supone una enorme masa de orden. Por eso requiere una Causa Primera, grande, que no está sometida a la segunda ley de la transformación de la energía y que, por lo mismo, es sobrenatural».
        W. VON BRAUN: «Por encima de todo está la gloria de Dios, que creó el gran universo, que el hombre y la ciencia van escudriñando e investigando día tras día en profunda adoración».
        A. M. AMPERE: «¡Cuán grande es Dios, y nuestra ciencia, una pequeñez!».
        I. NEWTON: «Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos, un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del universo no ha podido salir sino del plan de un Ser omnisciente y omnipotente».
        K. F. GAUSS: «Cuando suene nuestra última hora, será grande e inefable nuestro gozo al ver a Quien en todo nuestro quehacer sólo hemos podido columbrar».
        G. MARCONI: «Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración y creo no sólo como católico, sino como científico».
        C. LINNEO: «He visto pasar de cerca al Dios eterno, infinito, omnisciente y omnipotente, y me he postrado de hinojos en adoración».
        E. SCHRÖDINGER: (premio Nobel de Física, creador de la Mecánica Ondulatoria) «La obra maestra más fina es la hecha por Dios según los principios de la mecánica cuántica».
        K. L. SCHLEICH: (célebre cirujano, descubridor de la anestesia local) «Me hice creyente por el microscopio y la observación de la naturaleza, y quiero, en cuanto esté a mi alcance, contribuir a la plena concordia entre la ciencia y la religión».
        J. KEPLER: «Si Dios es grande, grande es su poder, grande su sabiduría. Alabadle, cielos y tierra. ¡Mi Señor y mi Creador! La magnificencia de tus obras quisiera yo anunciarla a los hombres en la medida en que mi limitada inteligencia puede comprenderla».
        Sir Fred HOYLE: (gran astrónomo y matemático) «El universo de las galaxias se dilata, y se crea continuamente en el espacio nueva materia para mantener constante la densidad media del universo, y esto exige la existencia de un Creador».
        A. S. EDDINGTON: (astrónomo y matemático inglés) «Ninguno de los inventores del ateísmo fue naturalista, sino filósofos mediocres. El origen del universo presenta dificultades insuperables, a no ser que lo consideremos sobrenatural».
        J. barón VON LIEBIG: (químico y fisiólogo alemán) «La grandeza e infinita sabiduría del Creador la reconocerá realmente sólo el que se esfuerce por extraer sus ideas del gran libro que llamamos naturaleza».
        E. WHITTAKER: (investigador y catedrático de la Universidad de Edimburgo) «Cuando se investiga profundamente sobre el origen del universo, no hay más opción que convertirse al catolicismo».
 
 

¿Compete a la ciencia demostrar la existencia divina?

Fe y razón. Los científicos están divididos, y mientras unos se reconocen creyentes, otros piensan que Dios es incompatible con la ciencia. Los dichos del físico Stephen W. Hawking sobre Dios, avivaron la polémica.

MÓNICA SALOMONE | EL PAÍS DE MADRID

Para muchos, los intentos por trazar una frontera clara entre la ciencia y la religión estaban superados porque la comunidad científica no se ocupaba de eventuales conflictos entre ambos. Pero entonces llega el físico Stephen W. Hawking, escribe que no hace falta Dios para explicar el Universo y se produce una tormenta mediática. ¿No se consideraba este tema una prueba superada? No.
Antes de decidirse a hacer el primer trasplante de órganos entre humanos, en 1954, el cirujano Joseph E. Murray, Nobel de Medicina en 1990, consultó a varios líderes religiosos: "Parecía lo natural", ha dicho Murray. Es sólo uno de los múltiples ejemplos del vínculo entre religión y ciencia. Un nexo tan vigente aún hoy como encendidos han sido los debates sobre la investigación con células madre o la enseñanza de la teoría de la evolución.
Para muchos, se trata de asuntos donde no se mezclan la ciencia y la religión porque la primera utiliza un método en teoría blindado a las propias creencias y porque va a lo que va, sin dejarse influir por la segunda. La repercusión que ha tenido el libro "El gran designio" de Stephen Hawking, sin embargo, hace pensar que la muralla entre Dios y la ciencia es permeable.
La comunidad científica no es un reducto social libre de religión. Tampoco hay algo así como una postura científica oficial respecto a la cuestión religiosa. En 1997, un artículo en la revista Nature recogía los resultados de una encuesta sobre creencias religiosas de científicos: el 40% de los biólogos, físicos y matemáticos consultados dijo creer en un dios al que uno reza "a la espera de recibir respuesta". El trabajo, de Edward J. Larson (Universidad de Georgia), reproducía otra encuesta similar de 1914, que daba cifras muy parecidas. No todo el mundo acepta estos resultados, pero tampoco hay, o no se citan, estudios más recientes del tema en publicaciones de renombre.
Lo que sí hay ahora son científicos de prestigio que no sólo se declaran creyentes, sino que consideran que hacerlo es casi un acto de rebeldía ante lo políticamente correcto en ciencia (ser ateo). Para otros, en cambio, ser un investigador de primera fila es simplemente incompatible con creer en Dios. También es animada la siguiente cuestión: ¿tiene la ciencia algo que decir sobre la necesidad de Dios para explicar el mundo? O esta otra: ¿hasta qué punto la religiosidad de una sociedad influye en las conclusiones a las que llegan sus científicos?

DE NUEVO EN ESCENA.

"Dado que hay una ley como la gravedad, el Universo puede crearse de la nada y lo hace", escribe Hawking. "La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada (...). No es necesario invocar a Dios para que encienda la luz y eche a andar el Universo". En realidad, la postura de Hawking no es nueva. En el prólogo de la primera edición de su obra superventas "Breve historia del Universo", de 1988, el astrónomo Carl Sagan escribió: "Hawking está intentando, como él mismo afirma, entender la mente de Dios. Y esto hace que sea aún más inesperada la conclusión: un Universo sin frontera en el espacio, sin principio ni final en el tiempo, y en el que un creador no tiene nada que hacer".
La postura de Hawking tampoco es nueva en la ciencia. Lo recuerda el cosmólogo británico John Peacock, participante en un reciente congreso sobre cosmología: "Hace 200 años, el físico francés Laplace fue criticado por Napoleón por excluir a Dios de su explicación sobre cómo se formó el Sistema Solar; la famosa respuesta de Laplace fue: `No necesito esa hipótesis`. Hawking está aplicando la lógica de Laplace a todo el Universo, en lugar de sólo al Sistema Solar, pero la cuestión de fondo es la misma".
Ahora bien, Hawking no dice que Dios no exista. "Es fácil imaginar una prueba de la existencia de Dios", dice John Peacock. "Si mañana viéramos que las estrellas se han movido para escribir en el firmamento el mensaje de que Dios existe, para mí sería bastante convincente. Pero una prueba de la no existencia de Dios es mucho más difícil de imaginar".
Sea o no difícil demostrar que Dios no existe, ¿compete eso a los científicos? "La existencia de Dios queda fuera del ámbito de la ciencia", dice Josh Frieman, investigador implicado en las misiones espaciales que exploran la radiación de fondo del Universo -una energía que llena todo el cielo y cuya existencia prueba que el Universo que conocemos empezó a expandirse tras un Big Bang hace 13.700 millones de años. Por eso mismo, "las creencias de los cosmólogos no son relevantes para su trabajo como investigadores; muchos cosmólogos tienen intensas creencias religiosas, y muchos otros no".
Esa visión es compartida por Evencio Mediavilla, que investiga sobre galaxias en el Instituto de Astrofísica de Canarias: "A lo largo de la historia ha habido grandes pensadores y científicos creyentes y no creyentes. Parece que ahora en la comunidad científica hay una mayoría que se declararía indiferente o no creyente, pero no pienso que sea incompatible ser un buen científico y creer en Dios. Son asuntos separados".

DIOS Y EL BIG BANG.

 Ahora bien, que la ciencia no pueda o deba buscar a Dios no significa que no pueda o deba investigar qué ocurrió antes del Big Bang, por ejemplo. El único límite para la ciencia es el propio método científico; todo lo que pueda ser sometido a este método es territorio científico: "Lo importante es que la ciencia descansa sobre fundamentos que se pueden poner a prueba experimentalmente", dice Frieman. "Es legítimo que los cosmólogos analicen qué pasó en torno al tiempo del Big Bang. Hawking y otros han explorado teorías en las que el Universo se crea a partir de la nada; es una posibilidad difícil de poner a prueba, pero viable. Por desgracia, nuestro conocimiento hoy en día sigue siendo insuficiente para dar esta cuestión por cerrada".
Pero el debate no acaba aquí. Para algunos la necesidad de Dios emerge de la propia ciencia, y es lícito que ésta intente responder a cuestiones religiosas. "Hoy parece que hablar de Dios entre los científicos es una especie de herejía, pero lo cierto es que la cosmología siempre ha sido, y sigue siendo, una ciencia muy cercana a los límites, a las preguntas fundamentales que todos nos hacemos", comenta Eduardo Battaner, astrofísico de la Universidad de Granada y autor de obras de divulgación. "La postura que afirma que la ciencia no puede responder a si Dios existe no me parece sincera. De hecho, hoy se sigue discutiendo si la cosmología apoya una creación en el principio, o no. El Big Bang no demuestra ni refuta la existencia de Dios, pero es un debate interesante y pertinente; no estoy de acuerdo con eso de que la ciencia y la religión van por caminos distintos, lo considero una pose: la cabeza es una sola, y todo, Dios y la ciencia, pasan en la cabeza".
Battaner ve a Dios "como una especie de razonamiento que puede salir de la ciencia". "Tengo, desde luego, muchas dudas, pero me parece vislumbrar una necesidad racional de Dios. No un dios que castiga a los malos y recompensa a los buenos, sino un dios como una necesidad científica. Me convence el argumento de lo contingente: el Universo podría no existir, yo podría no existir... es decir, todos somos contingentes; debe de haber algo que no lo sea".
Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación en el Genoma Humano estadounidense, cristiano declarado, tiene una opinión similar. "Este no debería ser un tema tabú, pero a menudo lo es en círculos científicos", ha declarado a The New York Times. Collins no cree adecuado mantener completamente separados el trabajo como científico y las creencias religiosas. Pero esto no implica que dude de hechos ya establecidos por la ciencia, como la evolución: "Pedir a alguien que rechace las evidencias a favor de la evolución para demostrar que realmente ama a Dios... ¡Qué elección más horrible!". En su opinión, Dios hace falta para comprender al ser humano; sin él "no entenderíamos por qué estamos aquí". "La ciencia no tiene poder para abordar estas preguntas. Y ¿no son, al fin y al cabo, las más importantes que nos hacemos?".
Es cierto, dicen los historiadores de la ciencia, que el trabajo del científico debió de nacer de la misma curiosidad que hizo germinar la religión. Pero en cierto momento la ciencia labró su propio camino. "En época de Newton no se podía pensar en cuestiones científicas sin, tarde o temprano, llegar a la cuestión de Dios", explica José Ferreirós, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Sevilla. "La cosa dejó de ser así en el siglo XIX, antes de Einstein. ¿Por qué cambió? Porque `Dios ha muerto` en la sociedad, como dijo Nietzsche. El desarrollo de la ciencia y de la filosofía moderna tuvo mucho que ver con esa muerte, pero también la Revolución Francesa, el fin del Antiguo Régimen". Según él, "el tema religioso es hoy más que nada un asunto privado".
No deja de ser curioso que la teoría del Big Bang la propusiera precisamente un sacerdote. En 1927, el belga Georges Lamaitre postuló que el Universo está en expansión y que, por tanto, debió de haber un comienzo. Lamaitre describió su teoría como "un huevo cósmico explotando en el momento de la creación". Pocos años después, el astrónomo Edwin Hubble observó que, efectivamente, las galaxias se alejan entre sí. Pero durante la mayor parte del siglo XX, y hasta que hace unas décadas las pruebas a favor del Big Bang empezaron a considerarse irrefutables, la idea de que hubo un tiempo cero fue muy discutida, entre otros por el prestigioso físico Fred Hoyle, precisamente el autor del término Big Bang, que defendía un Universo sin principio ni fin y que vinculaba el éxito del Big Bang precisamente a su buen encaje con la idea religiosa de creación.

OTRAS INTERFERENCIAS.

En cualquier caso, no es la cosmología la única rama de la ciencia que roza la frontera con la religión. La vida y su origen son otro frente abierto. En una obra reciente el Nobel de Química Christian de Duve, "La vida en evolución: moléculas, mente y significado", explica cómo ha llegado a la conclusión personal de que "el diálogo entre ciencia y religión es imposible" y dice que la segunda rechaza los descubrimientos de la primera.
Quizás, sorprendentemente, la matemática es otra de las áreas donde el debate ciencia-religión es más activo. "Los matemáticos discrepan sobre si las matemáticas son un constructo humano o si se descubren porque ya estaban en la naturaleza (¿dadas por Dios?)", señala Manuel de León, director del Instituto de Ciencias Matemáticas. "Creo que las descubrimos aunque les demos una determinada forma que puede diferir de unos a otros, y las descubrimos porque son al final las leyes que rigen el Universo; esa física que Hawking aduce como causa de la creación del Universo se expresa en términos matemáticos". Y está la admiración ante la belleza, "esa sensación estética que a algunos les lleva a considerar las matemáticas como la verdad última", dice De León.
Y, cómo no, a la cuestión ciencia-religión no le falta un toque irónico: ¿Qué pasa cuando los científicos ocupan en la sociedad el papel de... sacerdotes? O sea: ¿Por qué lo que dice Hawking va a Misa? "La opinión de un científico acerca de este tema no tiene por qué ser a priori más interesante que la de cualquier otra persona", dice Evencio Mediavilla. "Sería infantil crear una iglesia de científicos no creyentes".

Investigación, hallazgos y trascendencia

"Cuando has tenido por primera vez delante de ti estos 3.1 billones de letras del `libro de instrucciones` que transmite todo tipo de información y todo tipo de misterios acerca de la humanidad, eres incapaz de contemplarlo página tras página sin sentirte sobrecogido. No puedo ayudar, sino admirar estas páginas y tener una vaga sensación de que eso me está proporcionando una visión de la mente de Dios". La cita perteneces a Francis Collins, el científico que lideró el equipo que descubrió el genoma humano.
A sus 56 años, Collins relató en su libro "El lenguaje de Dios" cómo se convirtió desde el ateísmo cuando tenía 27 y explica que hay bases racionales para reconocer a un creador, aunque afirma que la ciencia no debe usarse para refutar esto porque en realidad está confinada a su mundo "natural".
Con su libro editado en 2006, Collins se une a un grupo de científicos cuyos descubrimientos han contribuido a reafirmar su fe en Dios. Albert Einstein, que reformuló la física vigente desde Isaac Newton, escribió al respecto que "no hay duda de que la ciencia no refutará nunca la doctrina de un Dios personal que interviene en los acontecimientos naturales, donde esta doctrina siempre puede afianzarse en aquellos campos en los que aún no ha sido capaz de afianzarse el conocimiento científico".
Y el mismo Newton afirmaría cuatro siglos antes que "el sistema más bello sólo podría proceder del dominio de un ser inteligente y poderoso". El físico estadounidense Steven Weinberg, ganador en 1979 del Premio Nobel de Física, sostuvo que "con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal, hace falta la religión".



FUENTE: El País Digital  ElPais.com.uy
NOTA: El articulo es originalmente tomado de
 elpais.digital.com.uy